En el dinámico panorama energético mundial, la energía solar ha emergido como una fuerza transformadora en la última década. Sin embargo, según Michelle Davies, directora mundial de energía solar en Wood Mackenzie, el horizonte solar experimentará cambios significativos a partir de 2024. En este artículo, exploraremos las proyecciones que sugieren que, aunque la capacidad solar global continuará su expansión, el ritmo de crecimiento experimentará una ralentización, marcando un punto de inflexión en la evolución de esta industria.
Desaceleración en el Crecimiento Anual: Davies destaca que, si se mantienen las previsiones hasta 2023, el crecimiento anual promedio de las instalaciones de capacidad solar entre 2019 y 2023 fue del 28%, con un destacado aumento del 56% en 2023. Sin embargo, las perspectivas para 2024-2028 indican un cambio significativo, con un crecimiento medio anual cercano a cero y la posibilidad de algunos años con contracciones. Este fenómeno señala una desaceleración notable en la expansión de las instalaciones solares a nivel mundial.
Punto de Inflexión en la Trayectoria Solar: La energía solar ha seguido una curva en S en su crecimiento mundial, con años recientes marcados por un ascenso pronunciado. No obstante, a partir de 2024, la industria alcanzará un punto de inflexión, caracterizado por un patrón de crecimiento más lento. Aunque el mercado global de la energía solar sigue siendo considerablemente más grande que en el pasado, este cambio refleja la madurez natural de un sector en constante evolución.
Diversidad en las Trayectorias Regionales: Davies señala que no todas las regiones se encuentran en la misma fase de la curva de crecimiento. Mientras África del Sur y Oriente Medio aún tienen un largo camino por recorrer antes de alcanzar sus puntos de inflexión, dos gigantes, Asia-Pacífico, liderado por China, y Europa, impulsan el patrón de crecimiento a nivel mundial. Esto subraya la diversidad de desafíos y oportunidades que enfrentan las distintas regiones en su viaje hacia un futuro energético sostenible.
Conclusión: En el horizonte del año 2024, la energía solar se prepara para una transformación fundamental. Esta desaceleración en el crecimiento no debe interpretarse como un estancamiento, sino más bien como un ajuste necesario en el camino hacia la madurez y la estabilidad. Las regiones se encuentran en diferentes fases de este viaje, pero la dirección general apunta hacia un futuro solar más sostenible y arraigado en la realidad de un mundo en constante cambio.